
El pasado 27 de abril pusimos rumbo al Pallars Sobirà, en busca de la soledad de los altos valles, en busca de corzos, rebecos y muflones. Y los encontramos. Y los fotografiamos. En busca de la emoción de la fotografía de fauna.
Tras varias salidas de inspección por la zona, aconsejados por las gentes del lugar y, sobretodo, por nuestro experto guía, decidimos ir en busca de corzos y rebecos al inicio de primavera. Los cinco días de búsqueda fotográfica los pasamos entre los 1.400 y los 2.000 metros de altura, que es donde se concentra la actividad en esta época del año.
Fotografía de Corzos, rebecos, muflones y zorros
Esta salida tenía como objetivo la fotografía de fauna del Pirineo y nos centramos en el valle del Riu Glorieta. Además de los incansables y numerosos rebecos que remontan las rocas en contra de la gravedad, también queríamos fotografiar corzos. Según nuesque habían estado apareciendo en diferentes praods y bosques del valle.
¿Cómo fotografíamos?
En los cuatro días dedicados a la fotografía de fauna decidimos realizar varios tipos de técnica fotográficas de fauna:
- fotografía de fauna al rececho
- fotografía de fauna al acecho
Os explicamos cómo fue cada una de estas técnicas.
Fotografía al rececho
En primer lugar utilizamos la fotografía de rececho, una técnica activa que consiste fundamentalmente en seguir el animal. Primero localizábamos los diferentes ejemplares y luego hacíamos la aproximación teneindo en cuenta sus visuales y la dirección del viento.
Esta técnica de aproximación nos brindó buenos resultados como experiencia de observación, pero fotográficamente los resultados no fueron del todo satisfactorios. Pero en cualquier caso, aunque las fotos consguidas no fueron espectaculares, pasear por esas majestuosas montañas y prados siempre es una magnífica experiencia.
Fotografía al acecho
Como las jornadas de fotografía al rececho no fueron del todo exitosas decidimos cambiar la técnica. Así utilizamos fotografía al acecho, también llamada fotografia de aguardo, que consiste en esperar en un escondite a que se acerque el animal. En nuestro caso utilizamos redes de camuflaje entre unos arbustos que nos camuflaron perfectamente. Para poder tener éxito en la fotografía de fauna al acecho es fundamental conocer las costumbres y hábitos del animal. En nuestro caso sabíamos que cada atardecer salían unos corzos al prado en el que nos escondimos. Y efectivament, poco antes de ponerse el sol, dos machos y dos hembras aparecieron en el prado.
Las luces en el horizonte, los juegos de luz y sombra y la proximidad de los sujetos, hicieron que los resultados fotográficos fuesen gratificantes.
Estas son algunas imágenes obtenidas.
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